September 9 – October 23, 2010
DECLARACIÓN DEL CURADO
Deborah Kirklin

Eduardo Carrillo nació en 1937 en Santa Mónica, California, y murió en 1997 en San Ignacio, Baja California. Creció en Los Ángeles y asistió a la universidad de la comunidad (Los Angeles City College) antes de asistir a la Universidad de California en Los Ángeles. Allí estudió arte con William Brice y obtuvo la licenciatura en Artes y la maestría en Artes en 1962 y 1964, respectivamente. Después de estudiar en la UCLA, Eduardo viajó a España para estudiar y pintar de los maestros en el Museo del Prado. Carrillo hizo una copia de la pintura de Hieronymus Bosch, utilizando la técnica tradicional de esmaltes óleo sobre tabla de madera. El excéntrico pintor renacentista del Norte tuvo una influencia en la elección de Carrillo de materiales y en su imaginación. Poco después, las pinturas de Carrillo se exhibían “Ceeje Gallery” en Los Ángeles. A través de la galería, Eduardo se encontró con otros artistas que se convertirían en algunos de los artistas más conocidos en Los Ángeles, así como amigos de toda la vida. Sus pinturas de la década de 1960 muestran la influencia de los maestros españoles: Velázquez, Sánchez Cotán y Zurbarán. Perfeccionó una especie de realismo mágico en estas pinturas de naturalezas muertas, paisajes y cuartos vacíos.
En 1966, Carrillo fundó El Centro de Arte Regional en La Paz, Baja California. Se mudó con su familia a vivir a Baja California, y comenzó una escuela para enseñar pintura, tejidos y cerámica, para el restablecimiento de la artesanía tradicional de la zona. Profundizó sus vínculos con la tierra donde nació su abuela, e hizo amistad con las personas que fueron a servir como modelos para sus cuadros durante décadas. El estilo de Carrillo evolucionó y empezó a pintar la figura humana más y más. En 1972, se unió a la facultad de arte de la Universidad de California en Santa Cruz, donde fue profesor hasta su muerte en 1997.

El Movimiento de Arte Chicano tenía sus raíces en el activismo social de la década de 1960. El movimiento de derechos civiles, así como el movimiento de las mujeres retó a la sociedad estadounidense a reconocer la legitimidad de la gente que había vivido normalmente en los márgenes políticos y económicos de la sociedad. Fue un movimiento literario, teatral, artístico y político dedicado a explorar temas culturales indígenas y protesta política. La actividad de Eduardo Carrillo en La Paz, y su mural denominado El Grito, terminado en 1979 para la ciudad de Los Ángeles, es un mural de baldosas de cerámica de 44 pies, en la Placita Dolores en Los Ángeles, que representa al Padre Miguel Hidalgo y Costilla, sacerdote mexicano, comandando un ejército en la lucha por la independencia contra España en 1810. El grito de Hidalgo, fue un llamado para la abolición de la esclavitud del pueblo mexicano.(2)
Lo que hace que el punto de vista de Carrillo sea diferente de la postura de muchos otros pintores chicanos, artistas que aparecen en " “Chicano Visions: American Painters On The Verge”,(3) es que las pinturas de Carrillo tienden a referirse a la historia, la religión y la mitología en lugar de la vida de la calle. La cultura popular no hizo una aparición importante en su arte. No pintó las imágenes del barrio, de los hombres con trajes estilo “Zoot”, las redadas de la policía o cultura del automóvil. Sus pinturas tampoco contienen referencias explícitas a los líderes políticos como Dolores Huerta o César Chávez. Las pinturas de Eduardo son también sobre la historia de la pintura. Tomó los temas universales: religión, muerte, amor e identidad y los hizo personales.

La segunda esposa de Carrillo, Alison, le proporciona a Eduardo el amor y el apoyo que hizo que su trabajo, durante finales de los 80´s y 90´s, fuera tan vibrante. Ella describe su vida en común y la rutina de pintura de Carrillo en la entrevista de una exposición de catálogo. Aunque Eduardo murió demasiado pronto, a los sesenta años de edad, su tiempo era rico. Sus pinturas y murales perduran, y su influencia se sigue sintiendo en su familia, amigos, estudiantes, colegas, y la comunidad en general. Este octubre, el recientemente ampliado Museo de Arte Crocker en Sacramento está dedicando una galería a la obra de Eduardo Carrillo.
Me gustaría dar las gracias a Alison Carrillo por su generosidad en prestar el arte que hizo posible esta exposición; Juliette Carrillo por el préstamo de “Reaching For Coatlicue”; Helaine Glick del Museo de Arte de Monterrey por el préstamo de "La pareja en el jardín"; José Chowning por el préstamo de "Jacobo y tío Beto". A Betsy Andersen, del Museo Eduardo Carrillo, cuya ayuda fue fundamental para la exposición. Por las horas incansables de instalación y la iluminación de la exposición, muchas gracias a Michael McGinnis, especialistas en exhibiciones. Gracias a Stephanie Sánchez, amiga y colega de Eduardo y director de la Galería de Arte, que contactó a Alison Carrillo con nuestra idea de exhibición y ayudó en todas las fases de la exposición. Nuestro agradecimiento a la Fundación de Enriquecimiento Cultural Randolph Newman de SRJC, por la ayuda que hizo posible la impresión de materiales para la exhibición. A nuestro Decano, Tyra Benoit, un gran agradecimiento por el aliento y el apoyo que dio a esta empresa.
Notas Finales
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Los Cielos 2000: The Work of Linda Vallejo, critical essay by Sybil Venegas, Sept. 2000
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Peter Selz, Art of Engagement - Visual Politics in California and Beyond, University of California Press, San Jose Museum of Art, 2006
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Cheech Marin, Chicano Visions American Painters On the Verge, Bullfinch Press, 2002